Todos tenemos sueños pero pocos los hacen realidad. Si, uno mismo hace que sus sueños se conviertan en realidad. Cuando a nuestros sueños les ponemos metas, cuando dejamos de estar lamentandonos por lo que no tenemos, por lo que nos gustaría tener, por lo que nos gustaría ser, cuando empezamos a actuar, es ahí, cuando nuestros sueños se hacen realidad. Nos quedamos esperando que los demas cambien para poder ser felices. ¿Por qué les damos tanto poder a los otros sobre nosotros mismos? Para ser felices no necesitamos que cambien los demás, necesitamos cambiar nosotros para aprender a manejar las frustraciones, decepciones que nos aquejan.
Hagamos este ejercicio
1 Pensar en un sueño
2 Analizar ese sueño y determinar que lo haría realizable
3 Armar plan para conseguirlo
Si en el número 2 es una tercera persona quién nos haría felices, hay que cambiar de sueño porque no se tiene poder sobre la decisión y voluntad de otros. Esto enoja, frustra y cuesta aceptar pero este ejercicio ayuda a discernir lo que se quiere para nuestras vidas.
Cada quien tiene la vida que quiere, nadie obliga a nadie.
Nuestra mejor herrmienta es ser fieles a nosotros mismos, tener una actitud que te ayude a construir la vida que queres y tener la voluntad férrea para lograrlo.
Si te emocionas soñandolo, imaginate lograndolo